EL SANCOCHO
El año nuevo inicia y así de
rápido inicia la nueva comida, de lado han quedado las hallacas, el pernil y el
pan de jamón, y un nuevo plato se abre paso en la mesa, el tradicional Sancocho
de inicio de año, ese que quita el trasnocho, te hace pasar el ratón, y te da
todas las fuerzas para renovar la rutina que se retoma y dejar atrás todos los
gastos físicos que dejo diciembre.
El sancocho tradicional de
este día tiene muchas variantes, pero la principal es el entusiasmo con que
esta tradición es llevada a cabo, desde días anteriores toda la verdura y la
carne que se va a usar se ha comprado y esta guardada esperando este día, son
ingredientes del año pasado, pero hoy se transforman con otro fin y son los
ingredientes de este año. Dos ingredientes indispensable dan inicio a este festín,
Primero, la familia, abuelos y padres, que no importa lo tarde que se hayan
acostado la noche anterior o incluso si amanecieron, desde temprano se
encuentran firmes en la mesa donde fue la cena de noche vieja, cortando todo lo
que a al sancocho dará sabor. Y segundo,
una gran olla, que es casi la protagonista del asunto.
Todo el ritual de esta
preparación inicia poniendo la gran olla al fuego, con abundante agua, y con la
carne ya sazonada. Mientras esto se
cocina se pican todas las verduras, auyama, ñame, ocumo, plátano verde, y que
no falten los jojotos. Por otro lado con el mismo esmero se pelan y pican
cebolla y ajo, unos cuantos ajíes y todo el monte que sea necesario para dar
sabor, cilantro, perejil, ajo porro, cebollín y cualquier otro que se crea
pueda aumentar los poderes tradicionales, físico y espirituales que este
proceso implica. Otros ingredientes que no pueden faltar son un par de
cervecitas, no para agregarlas si no para tomarlas mientras se pela y se pica todo,
así se brinda por estar vivo y poner ofrecer a la familia esta comida, y uno
que otro cuento o anécdota de la noche anterior que aunque se crea o no también
dará sabor al sancocho.
En cuestión carne, esta va a
depender de la región del país en la que nos encontremos, esta puede variar
entre costilla, lagarto, o cualquier corte de res, que si es con hueso será
mucho mayor es sabor, otra opción puede ser pollo o pescado, o incluso se
pueden hacer mezcla entre estas variantes, así saldrá lo que se conoce
típicamente como un “cruzao”. Todos los ingredientes van a la hoya por el
tiempo necesario, si se inicia desde temprano seguro para cuando el resto de la
familia y uno que otro amigo comience a llegar ya estará listo. El dicho dice
“Muchas manos, ponen el caldo morao” y en honor a este dicho solo una persona
puede encargarse de la cocción del sancocho, toda la familia ayuda en el
proceso pero solo una tiene el privilegio de como quien dice “menear la olla”
Hoy de nuevo están todos sentados
en la mesa donde la noche vieja se juntaron para comer y despedir el año, este
día se juntan de nuevo para comer y darle inicio a una nueva temporada de la
vida. Desde Mariara, Edo. Carabobo comparto con ustedes esta tradición mientras
disfruto mi plato de sancocho lleno de años de sabores, de esperanza para lo
que hoy inicia y mucha familiaridad.
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